Hoy nos enfrentamos a una manera evidente de enfrentarse a la realidad en la relación Gobierno-Ciudadanía. En algún momento nos comentaron que esta era “La nueva forma de gobernar” y que hoy nos dicen que corresponde a la “Nueva Derecha”. Lo cierto es que desde el punto de vista comunicacional la Derecha (a secas), se esforzara por aparecer bajo el concepto de “Nuevo” (Nueva forma de gobernar, Nueva derecha), porque bajo la premisa de la novedad, tratara de diferenciarse de la antigua administración. Marcando un contrapunto entre los que ellos dicen que hacen bien y lo que otros hicieron muy mal, buscando profundizar aun mas la instalación del modelo estudiado y ejecutado por los Chicago Boys, en la década del 70, que luego su maestro Milton Friedman bautizara como el milagro de Chile, haciendo alusión a la forma de instalación del modelo en la dictadura.
Esta aparentemente nueva derecha, seguirá siendo la misma de siempre, la que nos dice que viene una revolución en educación, cuando en la practica nos ofrecerán nada mas que algunas reformas muy menores, incluso mucho menores que las que hizo la concertación, pero que no grito por cadena nacional lo que al otro día quería comunicar con otra cadena nacional.
Esta derecha copara los medios de comunicación, para decirnos que son los nuevos, no vaya a ser cosa que alguien se confunda y piense que el ministro Larrulet participó en el Gobierno Militar, y que el hermano del presidente es el creador del sistema de AFP.
La nueva forma de gobernar o la nueva derecha, nos dirá sin asco que la antigua política es sucia, es corrupta y que cualquier tipo de manifestación contraria a su gestión es una critica política, marginándose de esta clase dirigencial que al parecer necesita urgente sentir el concepto de renovación.
Esta nueva derecha, nos ofrece además un nuevo modus operandi para la resolución de los conflictos sociales. Ayer lo vivimos en carne propia en Lota, en donde la intendenta y el gobernador nos dicen que no negocian bajo presiones, pero cuando el agua esta llegando al cuello se “reúnen a conversar”, pero solo con los afectados directos, no con intermediarios, menos con los políticos, pues estos son fatales para sus pretensiones. Logrando así dividir los movimientos sociales, ofreciendo cielo, mar y tierra a los afectados, pero que en términos concretos lo que se promete no necesariamente se cumple. De ejemplo un botón, los mapuches volverán a la huelga de hambre por promesas incumplidas.
Con la premisa de que había que cuidar el gobierno, la concertación se estanco perdiendo audacia y autocritica, por eso sus bonos están a la baja en el mercado de la opinión pública. Por ningún motivo a la presidenta Bachelet se le debía escapar una palabra tan impura para la antigua derecha como la palabra revolución.
Hoy el revolucionario Piñera, nos hará creer que estamos frente al nuevo Andrés Bello en materia de educación. Esperemos estar alerta para que el nuevo revolucionario no nos encuentre con la boca abierta y la gente termine de convencerse que la política comunicacional y su letra chica es mas importante que la acción concreta en nuestra sociedad.
Esto solo cambiara para el mundo concertacionista si dejamos de mirar la administración del estado y la politica como una bolsa de empleo y nos preocupamos de trabajar un programa que termine con las desigualdades sociales, que se verán profundizadas por la Derecha a secas.
Hedson Diaz Cruces
Presidente Partido Socialista
Comunal Lota
